Las Agresiones Psíquicas

Las agresiones psíquicas son parte de las leyendas en todos los países, ya sea en forma de posesiones, fenómenos auditivos como ruidos extraños o voces, movimiento de objetos o puertas y ventanas que se abren o cierran.

También es posible que sean vistos ciertos “fantasmas” en determinados o personas que han fallecido y que quieren comunicarse con los vivos.

Para comenzar a hablar sobre el tema, analicemos ciertos conceptos sobre los sentidos del hombre.
Todos sabemos que existen los rayos x o los ultravioletas, pero nuestros ojos son incapaces de verlos. Lo mismo sucede con los sonidos, hay escalas imposibles de percibir, pero sí pueden escucharlos algunos animales. Ejemplos de éstos son los delfines con su sonar, los perros que escuchan esos silbatos especiales, o los elefantes que emiten ruidos con sus estómagos los cuales son captados por otros elefantes a kilómetros de distancia.
Todo esto nos demuestra que somos extremadamente limitados ya sea para captar sonidos, escalas fuera de la luz blanca, olores, vibraciones, etc.
¿Saben ustedes qué es una dimensión? Empecemos investigando las vibraciones. Imaginen que se tira una piedra en una laguna de aguas mansas. Desde el punto de impacto de la piedra se formarán círculos concéntricos que se irán alejando hacia la periferia. Esas ondas son vibraciones. En el universo todo es vibración, ya lo dice un antiguo texto esotérico llamado “El Kybalión”. Todo vibra porque todo está formado por átomos, los cuales a su vez tienen partículas en constante movimiento(electrones). El núcleo atómico también vibra para mantener estabilizado al sistema. Y según vimos hay vibraciones imposibles de captar por los seres humanos(al menos con los sentidos ordinarios).
La conclusión a la que quiero llegar es que existen escalas vibratorias desconocidas por la ciencia occidental y que pertenecen a otras dimensiones. Es decir que una dimensión es un lugar que posee una escala de vibraciones imperceptible, pero que posee seres como los que habitan nuestra dimensión( la tercera según algunos).
Estos seres pueden en ocasiones contactarse con nosotros o con animales de nuestro alrededor(los gatos y perros son muy sensibles a la aparición de estos seres. Se dice que los gatos principalmente nos protegen de ellos). No se sabe bien el motivo por el cual suceden estas apariciones, pero comentemos algunos.
Los seres humanos tenemos un sistema inmune que nos defiende de microorganismos causantes de enfermedades. Si por algún motivo están débiles nuestras defensas, los microorganismos ingresan y nos enfermamos. Sucede que también poseemos defensas para evitar contacto con seres de otras dimensiones. Por enfermedad, alcohol, drogas, estrés, estas defensas psíquicas(así las voy a llamar), se debilitan y estos seres nos desequilibran produciendo los fenómenos que nombré al principio.
Un motivo muy importante por el cual un ser de otra dimensión(o varios seres), nos contacta, es la invocación. Habrán oído hablar del juego de la copa seguramente. En ese “juego”(lo pongo entre comillas porque no es un juego, es muy peligroso), se invoca o llama a un espíritu para que moviendo la copa, transmita un mensaje usando las letras del abecedario que hay alrededor. Nadie, salvo que sea un Maestro Espiritual(como Jesús, Buda o Krisna), puede saber las verdaderas intenciones de ese ser que se acercó. En general, y esto lo digo por experiencia propia, nunca tienen buenas intenciones. Son muy hábiles, presentándose al principio como buenos, pero mostrando luego su naturaleza agresiva. He tenido contacto directo con personas que se contactaron con estos seres, y les puedo asegurar que siempre fueron agresivos causando daños en esas personas. Daños que perduraron por años. También tuve contacto con los seres.
Lo repito: nunca invoquen espíritus por juego o curiosidad. Puede no pasar nada, como puede suceder que se presente verdaderamente y los dañe físicamente, emocionalmente o psíquicamente.

Recomiendo ver la película "El exorcismo de Emily Rosse", en donde podrán observar un caso real de posesión(al menos es real para mi).

Existe una enorme variedad de seres en estas dimensiones. Hay algunos que poseen escasa conciencia de lo que hacen, te aman u odian como los animales. Hay otros que son más evolucionados, planean su accionar. Y existen los que llamamos “virus psíquicos”, que producen montones de enfermedades mentales y emocionales.
Encontramos además los cascarones o fantasmas de los muertos, que son simplemente como envolturas que estaban alrededor del cuerpo de la personas, y que al morir quedaron en los lugares que frecuentaban sus “dueños”. No poseen conciencia de lo que hacen y terminan por desaparecer, disgregándose.
Todo esto es importante conocerlo porque en muchísimas ocasiones creemos ser dueños de nuestros actos, pero en realidad somos potenciados por estos seres, siendo ellos y no nosotros los que verdaderamente actúan. Hubo un caso de dos hermanas que mataron de cientos de puñaladas a su padre y que luego no recordaban nada. Lo mismo sucedió con el atentado contra Juan Pablo II(el Papa anterior al actual), en donde su agresor decía que escuchaba voces en su cabeza que le ordenaban que lo matase. También las escuchó Juana de Arco, para después morir quemada.
Nos quedan las personas fallecidas. Puede suceder que permanezcan detenidas por algún fuerte motivo y que quieran contactarse con familiares o amigos, pero esto es transitorio. Seguirán su camino una vez satisfecha su necesidad.

Duendes, hadas, silfos, elfos, ondinas, sirenas, nereidas, extraterrestres, demonios, tal vez existan, pero en otras dimensiones inaccesibles parar el hombre. Pero cuidado, no se juega con aquello que se desconoce.

El camino del bien es siempre el más seguro. El otro, el camino oscuro, está lleno de sorpresas. Cierta vez me dieron la siguiente enseñanza: Si estás en una habitación a oscuras y fuera de la casa está iluminado, la luz ingresará. Si estás en una habitación iluminada y fuera de la casa está oscuro, la oscuridad nunca podrá entrar. Moraleja: si tienes luz en tu interior, la oscuridad nunca podrá dañarte.