Carl. G. Jung: El hombre y sus símbolos.
La importancia de los Sueños.
El hombre emplea la palabra hablada o escrita para expresar el significado de lo que quiere transmitir. Su lenguaje está lleno de símbolos pero también de signos o imágenes que no son estrictamente descriptivos. Por ej. : ONU, UNICEF, BMW, carecen de significado en sí mismos, pero adquirieron un significado mediante el uso común. Pero tales cosas no son símbolos, son sólo signos.
El símbolo es un término, un nombre que puede ser conocido en la vida diaria, y aunque posea connotaciones específicas además de su significado corriente y obvio, representa algo vago, desconocido u oculto para nosotros. Por ej: los animales en iglesias antiguas (águilas, toros, leones) son símbolos de los evangelistas que derivan de la visión de Ezequiel, y que a su vez tiene analogía con el Dios Horus y sus cuatro hijos. Hay otros objetos como la cruz y la rueda que tienen cierto significado simbólico. O sea que una palabra o una imagen es simbólica cuando representa algo más que su significado obvio. Tiene un aspecto (Jung) “inconsciente” más amplio, que nunca está definido con precisión. Cuando la mente explora el símbolo, se ve llevada a ideas que yacen más allá de la razón. Por ej. : la rueda puede derivar en una serie de pensamientos hasta llegar al concepto de “Sol divino”.
Y hay muchísimas cosas más allá de nuestro entendimiento, para las cuales usamos símbolos. Por esto las religiones emplean lenguaje e imágenes simbólicas (símbolom romano). Es decir que conscientemente el hombre usa símbolos, pero existe algo de muchísima importancia: que el hombre produce símbolos inconscientemente en forma de sueños.
Las opiniones al respecto están divididas, porque hay quienes niegan la existencia de un inconsciente, alegan que razonar de tal manera significaría aceptar que tenemos dos personalidades en un mismo individuo. Y esto en realidad (Jung) es verdad, y no es algo patológico sino algo que se va revelando poco a poco.
El ser humano alcanzó el estado civilizado hace 4000 años, y falta aún mucho por evolucionar, pues estamos en tinieblas. Si se niega el inconsciente, se supone que la actual psique es completamente descripta, en todas y cada una de sus partes, y esto sabemos que no es así. Sería como decir que conocemos todo acerca del Universo. La psique es parte de la naturaleza y su enigma es ilimitado, no podemos definir ni la psique ni la naturaleza. Podremos a lo sumo describir cómo funcionan lo mejor que podamos.
Los antropólogos han investigado que los pueblos primitivos creen en la existencia de un “alma selvática” además de la suya propia, y que esa alma selvática está encarnada en un animal o árbol con el cual el individuo humano tiene cierta de conexión, de identidad psíquica. Estos pueblos hablaban de la “pérdida del alma” y querían significar una rotura con la conciencia, lo que hoy llamaríamos una neurosis.
Y aquí entra el tema de los sueños.
Según Sigmund Freud los sueños no son algo casual sino que están asociados con pensamientos y problemas conscientes. Sus investigaciones en neurosis lo llevan a pensar que los síntomas tenían un simbolismo. Por ej.: una persona con ataque de asma puede tenerlo por “no poder respirar el aire de la casa”, otra puede presentar parálisis en las piernas porque “ya no puede andar más”, otro vomita cuando come porque “no puede digerir” cierto hecho desagradable. Los problemas físicos son una forma de expresión de nuestro inconsciente. Pero con mayor frecuencia se expresan a través de nuestros sueños.
Freud creó un método llamado de “asociación libre” en donde el paciente cuenta sus sueños, describe las imágenes y expresa los pensamientos que van surgiendo de su mente a medida que relata. Así se traicionará y revelará el fondo inconsciente de sus dolencias, tanto en lo que dice como en lo que omite deliberadamente. Todo lo que diga apuntará al meollo de su malestar. Hasta aquí nadie puede decir nada acerca de Freud y su teoría.
Pero más tarde Jung descubrió que no era necesario utilizar el sueño como punto de partida para descubrir los complejos de un paciente. Se puede alcanzar desde cualquier punto. Por ejemplo el viaje de un señor en tren, de repente lo puede llevar a viejos recuerdos “enterrados”, es decir sus complejos.
A partir de aquí a Jung se le ocurrió que los sueños tienen en sí mismos una función especial y más importante. Comenzó a pensar que el inconsciente quería decir algo a través del sueño, y dejando de lado las “asociaciones” de Freud, se centró en el estudio del sueño mismo. Los sueños pueden conducir hacia los complejos, pero Jung buscaba una finalidad mayor. Por ejemplo un hombre puede soñar que introduce la llave en una cerradura, que anda con un bastón o que echa abajo una puerta con un ariete. Se podría decir que todo esto tiene una connotación sexual. Pero el hecho más importante (según Jung) es el por qué se eligió el bastón a la llave, o la llave en vez del ariete, pues esto demostraría no sólo el significado sexual sino algo más profundo y distinto.
En su método entonces Jung trataba siempre de no alejarse del sueño, lo analizaba, lo describía en su totalidad. Un paciente de él le contaba un sueño con una mujer vulgar, borracha, y parecida a su esposa. Pero eso era imposible. En lo externo todo era incierto. Si Jung hubiera usado la asociación hubiera llegado a un complejo del paciente. Pero no lo hizo. Dedujo que el lado femenino del “caballero perfecto“ trataba de equilibrar su desequilibrada mente consciente, pues creaba una ficción de ser perfecto caballero. No es que el inconsciente “daba órdenes”, sólo equilibraba.
El hombre tiende a ignorar e incluso negar el mensaje de los sueños.
PASADO Y FUTURO EN EL INCONSCIENTE:
Todos hemos pasado alguna vez por el hecho de olvidarnos de algo que estabamos por decir a continuación, es como si se hubiera ido al inconsciente lo consciente. O escuchando una melodía, parece que desaparece y aparece, cuando en realidad difunde de nuestra atención. Quiere decir que cuando se evade de nuestra conciencia no deja de existir.
Un hombre va a buscar algo al garaje y al llegar no se acuerda que es lo que vino a buscar. Busca por todos lados, recuerda lo que hizo antes, hasta que recuerda lo que vino a buscar: su inconsciente lo ha ayudado.
Muchos neuróticos hacen cosas y no saben que las hacen, su inconsciente está expresando cosas como si fueran conscientes. Una persona es internada por histeria. Al otro día nada recuerda. Pero por hipnosis recuerda todo: su inconsciente estuvo consciente todo el tiempo.
Las ideas olvidadas no dejan de existir, pueden aflorar después de años.
A lo largo de nuestra vida hay muchísimas cosas que guardamos y que aparentemente pasan desapercibidas. Un profesor dando clases en una granja, huele a unos gansos que le recuerdan su niñez. La atención del profesor estaba puesta en el diálogo con sus alumnos, pero el recuerdo “olvidado” surgió igual.
Tal “efecto de gatillo” puede explicar ciertas neurosis.
Existen recuerdos “reprimidos” que se hallan ocultos por sus características desagradables, pero puede salir al consciente y transformarse en dolor de cabeza (ejemplo: una chica que estaba trabajando escucha una sirena y le recordó inconscientemente a un novio que tuvo que olvidar).
Hay escritores que sacan relatos sin saber de dónde, cuando en realidad están en su inconsciente porque los leyó (Nietzsche, Así habló Zarathustra). A los músicos le sucede igual.
Es normal “olvidar” las cosas pues no hay sitio para ellas en el consciente.
Pero Jung descubrió que el inconsciente no sólo guarda cosas del pasado sino también del futuro. Muchos científicos, artistas y filósofos deben sus mejores ideas a inspiraciones del inconsciente. (Por ej.: La estructura del ADN surge al verse una serpiente enroscada).
LA FUNCIÓN DE LOS SUEÑOS.
Los conceptos de nuestra mente consciente echan raíces en nuestro inconsciente de manera invisible, y en los sueños dichas raíces son fundamentales para entenderlos. La palabra “dinero” puede significar lo mismo para nosotros a nivel consciente, pero inconscientemente tal vez no signifique lo mismo. Por esto las imágenes en los sueños son distintas que a nivel consciente. En un sueño una imagen tiene un significado inconsciente, por eso es confusa al tratar de interpretarla Jung soñaba que un hombre saltaba por su espalda. Nada sabía del hombre excepto que había tergiversado algo que Jung había dicho. Esto significaba en Austria una frase “Puedes saltar sobre mi espalda” que significa “no me importa lo que digas de mí”. Estamos acostumbrados a describir las cosas con la mayor exactitud posible prescindiendo de los adornos de la fantasía en el lenguaje y en los pensamientos, cualidad característica de la mente primitiva. Dichas “fantasías” se han transferido al inconsciente. Los pueblos primitivos conservan estas “fantasías” y si ven por ejemplo un animal nocturno de día suponen que puede ser un hechicero que adoptó ese aspecto. O suponen que es alguno de la tribu con su alma selvática. Un árbol puede compartir con un hombre su destino. Indios de Sudamérica creen que son papagayos.
Para los indios escuchar “voces” puede ser normal, pero para nosotros tal vez no, tal vez sea síntoma de una patología.
Los mensajes del inconsciente son importantes. La función de los sueños es restablecer nuestro equilibrio psicológico. Si somos tercos y resistentes a los razonamientos tal vez tengamos el sueño de que en una fiesta nos esperan las vacas en el establo. Es un papel compensador. Una persona con pensamientos demasiado elevados de sí misma, sueñan con volar o caer. El sueño les indica las deficiencias de su personalidad y los peligros de su vida presente. Si se ignoran los sueños puede ocurrir un accidente como caer de la escalera o un accidente automovilístico.
Por ejemplo un Señor con negocios oscuros desarrolló la pasión de escalar. Buscaba llegar “más arriba de sí mismo”. Pero tiene un sueño en donde escalaba una montaña en el vacío. Jung ve el peligro y le advierte. Seis meses después muere escalando una montaña. Según testigos trató de saltar en el aire, cayó sobre su amigo y ambos murieron.
Otro ejemplo es el de la señora que soñaba tener fantasías sentimentales en un bosque. Luego fue atacada por un pervertido sexual.
No hubo magia en esto. Los sueños dijeron que esa mujer tenía un anhelo de ese tipo al igual que el escalador que buscaba una salida.
Por esto los sueños pueden predecir ciertos sucesos antes que ocurran. Para Jung esto no es milagro ni precognición. Es sólo una acumulación de hechos que se depositan en nuestro inconsciente y que a nivel consciente no lo vemos. Pero el inconsciente los ve y lo expresa en sueños. Por esto en beneficio nuestro, el inconsciente y la conciencia deben estar conectados. Los símbolos son los mensajes del inconsciente a la parte racional de la mente humana. Hay veces que creemos que los sueños no significan nada sólo porque no los entendemos.
Según Jung es una “bobada” creer en guías sistemáticas ya preparadas para interpretar los sueños. Ningún símbolo puede separarse del individuo que lo sueña. Y esto es porque cada individuo complementa con su inconsciente su mente consciente. Existen sueños y símbolos aislados (“motivos”) que son típicos y se producen con frecuencia, por ej.: las caídas, los vuelos, ser perseguido, estar poco o absurdamente vestidos, tener prisa o estar perdidos, luchar con armas inútiles, correr si poder llegar a ninguna parte.
EL ANÁLISIS DE LOS SUEÑOS:
Los símbolos no sólo se producen en los sueños. Existen pensamientos, sentimientos, situaciones y actos simbólicos. Incluso los objetos inanimados cooperan con el inconsciente (se detienen los relojes al morir alguien, o se rompe algo ante una crisis emotiva).
Existen símbolos “colectivos”, por ejemplo las imágenes religiosas, que aparentemente pueden significar lo mismo, pero depende de cada persona en particular. Por eso Jung le decía a sus alumnos que estudien los símbolos pero que al estar con un paciente se olviden de todo. No debían existir esquemas previos para no entorpecer la interpretación del sueño.
Con esto quiere decir que el análisis de los sueños no es una técnica sino un cambio dialéctico entre dos personalidades. Por eso Jung quería que el propio paciente sacara de sí mismo la cura, sin imponerle nada. Antes de estudiar y construir teorías generales acerca de la psique y el hombre, para Jung había que aprender mucho más acerca del verdadero ser que se hallaba en el paciente.
El individuo es la única realidad. Cuando más nos alejamos de él, más cerca estamos del error.
Jung consideraba cada caso como nuevo. Y cada uno merecía una atención particular y distinta. Se puede soñar lo mismo pero significar cosas diferentes. Por ejemplo ir a caballo, saltar y todos caen menos él. Para el joven cauto e introvertido significa lo que debería hacer y para el anciano de carácter atrevido significa lo que está haciendo. El sueño alentaba al joven, pero al anciano le mostraba que su espíritu atrevido era su mayor molestia.
ARQUETIPOS:
La mente humana es el resultado de un proceso evolutivo al igual que nuestro cuerpo
Para Jung el arquetipo es una tendencia a formar representaciones de un motivo. Estos modelos de pensamiento colectivo son innatos y heredados. Si se identifica a la psique con la conciencia se puede pensar erróneamente que el hombre viene al mundo con una psique vacía que luego llenará con experiencias personales. Pero la psique es algo más que la conciencia.
Muchos sueños son difíciles de explicar, es como si no tuvieran causas. Pero sí las tienen. Puede ocurrir que un hecho externo pueda explicar el sueño. Y este hecho puede estar en el futuro. El inconsciente sabe lo que pasará, pero lo expresa en forma poética, por ejemplo, fiebre con fuego y enfermedad corporal con una casa.
Los pueblos primitivos e incluso hoy día, hacen rituales sin saber por qué se hacen, como escupirse las manos o darles aliento. Esto tuvo un simbolismo profundo. Escupir (como Cristo al ciego) o echar aliento (los chamanes insuflan sobre los enfermos ) sobre alguna cosa transmite un efecto mágico.
Esos pueblos no sabían dicho significado y sus antepasados menos. Muchos dicen que primero las acciones fueron realizadas, y luego pensadas (como si provinieran de “otro lado” para ayudar).
EL ALMA HUMANA
Según Jung el hombre no es dueño de su alma, así como no lo es de sus emociones y humores. Hay factores inconscientes que evitan que tenga autonomía, pero igualmente hace y deshace creyéndose dueño de sus actos.
El hombre necesita de ideas para vivir y que le permitan encontrar su lugar en el Universo. Aún cuando no supiéramos por qué alimentarnos seguiríamos haciéndolo. Aún cuando no veamos el trono de Dios y la ciencia no pruebe su existencia, el hombre no puede dejar de creer en “algo”.
Los sueños y sus símbolos no son estúpidos y sin significado. Esta es la conclusión de Jung luego de 60 años de investigación. Los resultados de la interpretación de los sueños poco tiene que ver con preocupaciones mundanas como comprar y vender. El hombre actual pone mucho énfasis en investigar afuera pero poco en investigar “adentro suyo”, en su psique. Antes se la ignoraba por completo. A partir de Freud se transformó en vertedero de detritus morales. Este punto es injusto. El inconsciente contiene todos los aspectos de la naturaleza humana: luminosos y oscuros, bellos y feos, buenos y malos.
Tal vez su estudio brinde respuesta a innumerables preguntas que la Humanidad tiene hoy en día.
LA PSICOTERAPIA
Recomiendo la lectura y análisis de un libro maravilloso titulado “La enfermedad como camino”, de Thorwald Dethlefsen y Rudiger Dahlke, en donde se explica la división de la psiquis humana y su relación con los hemisferios cerebrales. Allí se observará la siguiente división: el inconsciente, fuente inagotable de enseñanzas totalmente objetivas e ilimitadas, el supraconsciente, limitado y subjetivo, y un subconsciente, que es como una membrana con más o menos permeabilidad a través de la cual afloran sustancias del supraconsciente y del inconsciente. Aquí no hay diferencias con Jung, pues el inconsciente lo contiene todo.
Las personas que logran eliminar su EGO (los Maestros Espirituales o Iniciados), lo que en realidad hacen es eliminar la divisoria entre supraconsciente e inconsciente, siendo así Uno con el Todo.
Ya lo dijo Jesús: “Yo y mi Padre somos uno”. Yo es el supraconsciente, y el Padre es el inconsciente. Al dejar de lado el “Yo” nos alejamos de la polaridad y alcanzamos la unidad, que es como decir alcanzar a Dios.
Los sueños pueden parecer ilógicos, pero tal vez seamos nosotros los incapaces de ver los mensajes ocultos detrás de ellos. Y no son sólo expresiones de traumas o conflictos, sino además voces de nuestra alma que nos susurran al oído hacia dónde debemos ir o qué cosa debemos cambiar para que ella pueda expresarse en plenitud.
domingo, 1 de junio de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)